Crupier de ruleta demanda a su empleador 16.10.2011

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Luke Phillips, un crupier de ruleta y de cartas de 25 años de Carlisle, Australia Occidental, demandó a sus empleadores de Burswood Casino luego de haber sufrido lesiones como resultado de repartir las cartas y hacer girar la ruleta, que era parte de su trabajo.

Todo comenzó en 2009, cuando Phillips estaba trabajando como crupier de blackjack y sufrió lesiones en el hombro y la espalda. El casino decidió trasladarlo a tareas más livianas y lo puso en una pequeña habitación donde tenía que dividir mazos de cartas y comprobar si había irregularidades.

Phillips afirmó: "nos tenían en una pequeña habitación. Era un mal ambiente y te hacía sentir como si te estuvieras ahogando. Era humillante... teníamos que cumplir con la cantidad de cartas que querían que hiciéramos por hora, a pesar de mi lesión en el hombro y la espalda".

Su estado empeoró en abril de 2010, cuando fue trasladado a trabajar como crupier en las mesas de ruleta americana. Estar inclinado sobre la mesa de la ruleta le provocó más dolor en sus hombros y espalda y también le provocó problemas en sus pies y región lumbar.

Luego de la segunda lesión, a Phillips le costó pararse y caminar y no pudo volver a trabajar. El casino continuó pagándole un sueldo por otros 11 meses luego de que el terapista ocupacional y los especialistas en ortopedia de Phillips dijeron que las lesiones estaban relacionadas con el trabajo.

Sin embargo, más adelante sus terapistas ocupacionales cambiaron de opinión y comenzaron a dudar de que Phillips tuvieran algún daño. Los especialistas en ortopedia siguieron expresando que había daños y que estaban relacionados con el trabajo.

Phillips se quedó sin dinero y con muchas dificultades para encontrar algún trabajo que fuera adecuado para su problema físico. Decidió demandar al casino y recibió un acuerdo extrajudicial de $35.000 dólares australianos.

El representante de Phillips dijo que aceptaron el acuerdo no porque no tuvieran un caso fuerte en contra del casino, sino que porque "su situación personal era terrible y la posibilidad de esperar un resultado judicial durante meses no era realista".